Llegó el momento del año en el que puedes hacer frente a tus miedos más profundos, no sólo con disfraces originales, sino adentrándote en experiencias tan divertidas como aterradoras
La fiesta de Halloween no es propia de las tradiciones católicas, mucho menos tiene reminiscencias de origen prehispánico -como sí sucede con el Día de Muertos-, pero eso no implica que no tenga un contexto histórico.
Su objetivo en los países anglosajones se remonta a una tradición celta, que invitaba a los pobladores a utilizar el humor para confrontar el poder de la muerte, ridiculizarla con disfraces que harían que el crudo invierno no lograra su cometido lúgubre.
El que ambas festividades confluyan en torno a la misma fecha no es casual, se dice que la Iglesia Católica, en específico los papas Gregorio III (731–741) y Gregorio IV (827– 844), decidieron cambiar el Día de Todos los Santos, hasta entonces celebrado por mayo (en torno al domingo antes de Pentecostés), a noviembre, para hacerlo coincidir con esta celebración que, pese a ser pagana, era de gran influencia.
En las sociedades contemporáneas este contexto está implícito. La idea de burlarse de lo que nos aterroriza sigue siendo tentadora. Existen celadores de las tradiciones que optan por no mirar costumbres que no forman parte de la historia de nuestros países, pero otros han optado por flexibilizar estas ideas y hacer que ambas actividades confluyan.
La celebración de Halloween es atractiva en nuestros días por su relación estrecha con la cultura popular. No existe una edad específica para dejarse llevar y buscar un disfraz con el que alguien juegue a ser un personaje. La ciudad de México no está absorta de esta, las propuestas en torno a esta fecha son cada vez más originales.
Hacer frente a lo que nos aterroriza, a lo desconocido que nos asecha en un pestañeo, es algo que puede ocurrir en un club nocturno, una fiesta privada, parques de diversiones e incluso museos. Las opciones están ahí, basta dejarse llevar, sin dejar de apreciar nuestras tradiciones.
No apto para cardíacos
Disfrázate. Vive la metamorfosis Cuando eres niño, no puedes esperar a que llegue una fecha como ésta para buscar ese disfraz con el que quieres sorprender, cuando creces, esa emoción, muchas veces se pierde, pero este año puede ser la oportunidad perfecta para que decidas ser alguien más, salir de lo convencional y adoptar la personalidad de quien desees.
La experiencia en sí es todo un ritual para las personas creativas, ya que por una noche, fantasmas, hombres lobo, brujas, superhéroes y entes de ultratumba salen por las calles para respirar un aire de pura diversión. Lo primero que se debe tener en cuenta, además del presupuesto, es el personaje al que queremos dar «vida»; si sabes buscar en el lugar adecuado, el resultado será mejor de lo que pudieras imaginar.
