
Contratas un servicio de Internet que ofrece más megas de los que necesitaría una oficina de mil empleados pero sin embargo no llegan a tu wifi. ¿Has probado estas soluciones?
1.- Lo primero que debes hacer es convertir el wifi en el centro de tu universo. Básicamente, para que no esté lo suficientemente centrado respecto a toda la casa.
2.- Y no lo pongas en un armario cerrado, entre dos paredes o con cualquier cosa que le obstaculice. Las ondas son invisibles pero eso no significa que no choquen con nada.
3.- Además debes procurar que no entre en contacto con otras ondas, como por ejemplo las de un teléfono inalámbrico. Déjale su espacio.
4.- También es positivo que le dejes dominar desde las alturas. No decimos que erijas un tótem pero sí que esté tanto como sea posible.
5.- No temas a las actualizaciones. A veces un router necesita alguna implementación de drivers ajena con la que no contabas y que puede solucionarte un poco más la vida.
6.- Si tu wifi es algo antiguo puede que la solución sea más fácil: buscar un repetidor inalámbrico que se encargue de transportar las ondas a más distancia.
7.- Apaga y enciende. No es la panacea pero también puede ayudar en el reseteo. Sobre todo si acostumbras a tenerlo encendido todo el día.
8.- El toque profesional lo ofrecen los programas de cambio de canal de wifi. Recurriendo a ellos puedes saber la frecuencia más común en tus alrededores, permitiéndote huir de ellas y haciendo más exclusiva tu señal.
9.- Y por último, comprueba cuántos aparatos están usando tu wifi sin necesitarlo mientras intentas trabajar. Esto es, televisiones, videoconsolas, tablets o teléfonos móviles.