Ningún hombre está exento de recurrir a esta expresión, por más correcto que sea. En razón de ello, le conviene conocerla y saber cómo emplearla; hasta la forma en que lo haga puede ser favorable o contraproducente.
Unas de las palabras más difíciles de pronunciar por el ser humano es “lo siento”, aun cuando desconocemos que decirlas atenúa la ira, el estrés, el dolor y posiblemente abren paso a la resolución pronta de un inconveniente.
El pedir disculpas nos muestra como una persona madura psicológicamente, ya que a su vez estamos reconociendo una falla y demostrando que como todos tenemos debilidades.
Cuando lo hacemos debemos estar completamente conscientes de que debe ser real, que lleva consigo un sentido de responsabilidad y que si bien puede eliminar el resentimiento de un momento a otro, también debe estar cargado de un compromiso que es; no volver a cometer el mismo error.
Cuando se dice “lo siento”, se debe ver a la persona a los ojos, tomar sus manos, y transmitirle a su vez esa gran vibra de arrepentimiento.
Es importante que se eviten para ese instante cualquier tipo de detalles, estos están para los buenos momentos y no para ser usados como una especie de cambio por aceptar las disculpas.