Las malas calificaciones o los reportes de bajo rendimiento escolar pueden ser el resultado no de la capacidad intelectual de los niños, sino se deba a que no está estudiando adecuadamente o con métodos podo productivos. Para evitar la desmotivación de los alumnos, es necesario mejorar el aprendizaje con planificación, técnicas de concentración y la enseñanza de hábitos de estudio.
1. Crea un espacio adecuado para estudiar: Es esencial que tu hijo disponga de un lugar propio en casa con espacio suficiente para hacer sus tareas. Debes asegurarte que el entorno sea tranquilo y no tenga distracciones como un celular, televisor, radio o videojuegos.
2. Facilita su concentración: Intenta que distribuya su tiempo de estudio en períodos de 45 a 50 minutos, durante los cuales debe evitar las interrupciones al máximo. Siempre que puedas, encuentra un estímulo para motivarlo a que siga estudiando, como por ejemplo, llevándole una merienda o 10 minutos de descanso.
3. Enséñale a planificarse: Apps, cuadernos o pizarras. Cualquier recurso es válido para anotar sus deberes y horarios de estudio. Como padre o maestro, se les debe instruir para que no solo llenen las hojas, sino que las cumplan. cumpla con sus anotaciones y períodos de aprendizaje. Es recomendable que a partir de los 7 años, los niños le dediquen una hora a estudiar, aumentando progresivamente de acuerdo a su edad.
4. Atención a los apuntes: Esta tarea exige atención y síntesis y puede facilitar mucho el aprendizaje de tu hijo. Enséñale a anotar las ideas principales que se traten en clase, así como los datos concretos que requieran memorización.
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